viernes, 12 de junio de 2009

¿que es drogadicción?

Podemos entender a la drogadicción, como aquella enfermedad que consiste en la adicción o dependencia a ciertas sustancia tóxicas para nuestro organismo, las cuales afectan en distintos grados a nuestro sistema nerviosos central, al igual que varias de nuestras funciones cerebrales. Todo lo anteriormente manifestado, produce efectos a nivel fisiológico y psíquico, que se manifiestan en alteraciones del comportamiento, de las emociones, de el juicio y la percepción del medio ambiente que nos rodea.
El consumos drogas, dependiendo del tipo en cuestión, lleva a que la persona padezca de euforia y/o alucinaciones, y en los momentos de abstinencia se experimenta desesperación, angustia y depresión. En algunos casos extremos de drogadicción, el consumo de drogas puede llevar a la locura permanente y/o la muerte de la persona.
Con respecto a la historia de la drogadicción, podemos señalar que el uso de las drogas no es sólo
una cuestión del presente o de décadas recientes, sino que podemos encontrar sugerencias de su uso desde la prehistoria. En el siglo II después de Cristo, los galenos utilizaban al opio, como una forma de aquietar el dolor de los enfermos.
Asimismo, los derivados del cannabis, fueron utilizados hace muchísimos años atrás. Es así, como varios siglos antes de la era actual, en China, Asiria y la India, estos eran utilizados como una forma de alcanzar estados de éxtasis o supuestos estados subliminales. Muchas culturas utilizaron las drogas con fines rituales, pero en ambientes altamente controlados y sólo por personas especialmente designadas. Por estos motivos no se conoce que existieran casos de dependencia a estas substancias.
Más adelante, a mediados del siglo XIX, irrumpió con fuerza el consumo de la morfina. Principalmente, por medio de la invención de la jeringa, en el año de 1850. Muchos de los adictos, comenzaban a utilizarla, como una manera de calmar sus dolores fisiológicos, pero muchos terminaron siendo adictos a la misma.
Más adelante, ya en el siglo XX, aparecería la heroína y la cocaína. La heroína, nace por como un derivado de la morfina, la cual fue utilizada como calmante, durante la Primera Guerra Mundial. La heroína, en fuertes dosis, es mucho más tóxica que la morfina y produce una dependencia física, bastante más fuerte que la morfina. Es así, como la heroína, es la droga que causa la mayor cantidad de muertes, por medio de sobredosis mortales.
Con respecto a la cocaína, se puede mencionar que esta también debió su difusión al interés médico que generó en sus inicios, porque de hecho se trató del primer anestésico local verdaderamente eficaz. Este descubrimiento, como tal, fue utilizado por Segmund Freud, quien utilizaba pequeñas dosis de cocaína, para anestesiar zonas específicas en el cuerpo. Su trabajo al respecto, llegó a oídos de un oftalmólogo, llamado Koeller, quien probó las cualidades anestésicas de la cocaína, en una incisión realizada en el ojo de una animal, lo cual resultó un completo éxito. Es así, como hoy en día se reconoce a Koeller, como quien descubrió esta capacidad de la cocaína. Aquello ocurría a mediados de 1914. Lamentablemente hoy conocemos a la cocaína por los terribles efectos que produce en el adicto, y en el círculo de personas que lo rodean.
En cuanto a la dependencia característica de la drogadicción, esta puede ser de dos tipos. Tenemos la dependencia psíquica y la física. Con respecto a la dependencia psíquica, se señala que esta se debe, al fuerte estado de euforia que producen la mayoría de las drogas existentes, lo que es utilizado como un vehículo para evadir la realidad. Es así, como el drogadicto necesitará constantemente consumir drogas, para poder evadirse y mantener en alto, el estado de euforia anteriormente señalado. Por lo mismo, si no logra conseguirlas, la persona sufrirá de un fuerte quiebre emocional. En cuanto a la dependencia física, esta se basa en un proceso fisiológico, ya que es el cuerpo el que se hace dependiente, de manera directa, del consumo de drogas. Esto es lo mismo, que les ocurre a las personas que sufren de tabaquismo, las cuales de manera fisiológica, se hacen dependientes de la nicotina. Es por lo mismo, que la persona que consume drogas y es drogadicta, sufriendo de dependencia física, sentirá fuertes trastornos fisiológicos, al minuto de interrumpir la ingesta de drogas. Esto en términos médicos, es ampliamente conocido como síndrome de abstinencia.
Ahora estudiaremos algunas de las drogas más utilizadas. La heroína es una droga en forma de polvo, el cual es cristalino, blanco, inodoro y muy fino. La heroína, por lo general, es consumida por medio de comprimidos o aspirada por la nariz, aún cuando la manera más recurrente, es de manera líquida, introducida al torrente sanguíneo a través de inyecciones. Con respecto a sus efectos, estos son los mismos que los de la morfina, pero potenciados. Su efecto principal, es la depresión del sistema nervioso central. Produce dependencia psíquica y fisiológica, aparte de crear una rápida tolerancia del organismo, lo que lleva a desear dosis cada vez mayores.
Por otra parte, tenemos al clorhidrato de cocaína. Dentro de sus componentes, está la acetona, el ácido clorhídrico, cloroformo, metimetilo acetona, eter etílico y gas cloruro de hidrógeno. La cocaína es un estimulante del sistema nervioso central y produce euforia, sensación de gran fuerza física, y excitación, entre otros efectos. La cocaína, se introduce al organismo, por medio de las vías respiratorias. La dependencia que produce es principalmente psíquica, por los estados de euforia y aumento de la autoestima que produce. Puede producir alteraciones al sistema cardiovascular y/o al respiratorio. Si se introduce por medio del torrente sanguíneo, puede producir una fuerte dependencia física. Su consumo continuo, puede producir, fuertes estados de paranoia. Los cuales no cesan al interrumpir su consumo. Hasta 1903 el extracto de la hoja de cocaina estuvo presente en la fórmula de la Coca-Cola, pero fue reempazado por cafeína, al comenzar a conocerse ampliamente los peligros en el consumo de la droga.
De igual manera, tenemos al crack, el cual es un derivado de la cocaína. Este se forma por medio del clorhidrato de cocaína, el cual es mezclado con carbonato de sodio y agua. A esta mezcla, se le aplica un fuerte golpe de calor, y luego, se le aplica un rápido golpe de frió. Con esto, la mezcla anteriormente señalada, se cristaliza. Estos cristales, son luego fumados usando pipas de agua. Sus efectos son muchísimo más potentes que los de la cocaína. Por lo mismo, es una de las drogas, que más rápidamente puede producir adicción. Por todo esto, el peligro de una sobredosis, está bastante más latente, que con otras drogas.
También tenemos a las anfetaminas, las drogas más utilizadas, para provocar estados de euforia, entre los drogadictos. Son altamente utilizadas, como un medio de apaciguar el hambre, el cansancio y la fatiga. El problema, es que una vez acabados sus efectos, las anfetaminas provocan fuertes cuadros de cansancio y depresión. Si una persona se intoxica con las mismas, puede presentar alucinaciones, irritabilidad, insomnio y confusión mental. Al consumir dosis, mayores a los 30 miligramos, puede producirse la muerte de quien las ingiere. La dependencia de las anfetaminas, es psíquica.
Dentro de los alucinógenos más conocidos, está el LSD-25. Más conocido como “ácido”. El LSD, proviene de un hongo, el cual se llama cornezuelo de centeno. La forma más usual de consumirlo, es por medio de papel secante, en forma de cuadrados, que se coloca en zonas de alta irrigación sanguínea, como debajo de la lengua.
El LSD, no crea dependencia física, sino que psíquica. Uno de los puntos más graves en el consumo del LSD, es que puede provocar alucinaciones, sin haber sido ingerido, en las últimas horas. Lo que ordinariamente, se conoce como “flashback”. Como efectos adversos, tenemos ideas suicidas, tendencias sumamente agresivas, fuertes delirios de persecución, etc.
Las sustancias psicoactivas o adictivas pueden actuar en el sistema nervioso central, en virtud de la existencia de ciertos componentes de la superficie de la célula cerebral, conocidos como receptores, sobre los cuales se fijan, para luego actuar sobre el interior de la célula nerviosa.
Así, entonces, en cuanto al mecanismo de acción, la cocaína incrementa la liberación hacia el torrente sanguíneo de dopamina, una de las sustancias que permiten la transmisión de los impulsos nerviosos. Los opiáceos (derivados del opio) disminuyen la actividad de un tipo particular de neuronas (noradrenérgicas), con lo que se produce un incremento de la actividad generada por la adrenalina, lo cual se traduce en excitación general del organismo, y se manifiesta, por ejemplo, con dilatación de las pupilas e incremento del ritmo cardíaco.
Los alucinógenos como LSD (ácido lisérgico) activan las vías que utilizan serotonina como neurotransmisor y que controla funciones tales como el apetito y el control de los impulsos. De ahí que los adictos al LSD sean protagonistas de historias de crímenes violentos.
Las benzodiazepinas y los barbitúricos, entre tanto, actúan sobre el ácido GABA, una sustancia que tiene funciones inhibidoras en numerosos circuitos del sistema nervioso central.

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